CORAZON DE DRAGON, fragmento de la novela de Alejandra Anello.

de 2013
Algún lugar está lejos
Esta es la historia de una mujer que por despecho del destino tuvo
que nacer en La Comarca. La Comarca quedaba lejos de todo y cerca de
nadie. Era una aldehuela habitada por exiguos descendientes de Adán y
Eva que no habían logrado cruzar aquel famoso paso entre La Atlántida
y La Ecúmene que llevó al resto de los homo sapiens hacia la civilización.
Como quien dice, se quedaron a mitad de camino. Allí pues, sólo
algunos especímenes femeninos consiguieron alcanzar cierto grado de
madurez psicológica, y quizá también alguien del sexo opuesto, pero de
ello no se tenían noticias certeras.
El paso se habría cerrado antes de tiempo y tampoco lograron cruzar
varios animales, por lo tanto, convivían con grandes saurios y especies
prehistóricas. Hasta el clima en general olía a pasado, producto del efecto
invernadero que allí persistía, sin dejar filtrar casi nada proveniente del
exterior.
Ahora bien, para quienes suponen que la sapiencia surge de la inteligencia,
les diré que se equivocan: viene de las estrellas y baja por canales
muy incomprensibles. El caso es que esta población pudo resolver, al
igual que los otros, todos los obstáculos para hacerse de los útiles más
necesarios del consumo humano. Más bien, lo que había quedado intacto,
a causa de no relacionarse con otras gentes, era el desarrollo del
espíritu. Sin embargo, el contacto fluido con la fauna y el influjo zodiacal
dieron por resultado un proceso particular, asemejando el espíritu humano
con el de los animales en una suerte de arte rupestre.
Así las cosas, esta mujer, cuya naturaleza había absorbido el espíritu
de un dragón, estaba condenada a padecer, desde pequeña, al tormento
de ser consciente.
Si una reflexión nos puede dejar este relato es la siguiente: