En los legendarios tiempos de la Princesa Kantuta, naturalmente no existía Bolivia como país, en cuyo territorio ocurre la historia de aquélla, zona como otras de Chiloe y el noroeste argentino pertenecían al Imperio Inca. La joven se enamoró de un soldado de una tribu de territorio rival, valiente joven que fue asesinado por los del reino de Kantuta. Como ella ignoraba tan desgraciado hecho, lo aguardó inútilmente junto a un río que problemente era el habitual lugar del encuentro. Descubierta la actitud de Kantuta por los altos sacerdotes de su reino, éstos la asesinaron. La asesinaron con la venia del padre, pues éste prefirió perder a su hija antes que el honor de la nación. Donde ella derramó su sangre, nació una planta que dió unas flores rojas que desde entonces en Perú y Bolivia se llama "flor de Kantuta", que en Perú es la flor nacional.
En los legendarios tiempos de la Princesa Kantuta, naturalmente no existía Bolivia como país, en cuyo territorio ocurre la historia de aquélla, zona como otras de Chiloe y el noroeste argentino pertenecían al Imperio Inca. La joven se enamoró de un soldado de una tribu de territorio rival, valiente joven que fue asesinado por los del reino de Kantuta. Como ella ignoraba tan desgraciado hecho, lo aguardó inútilmente junto a un río que problemente era el habitual lugar del encuentro. Descubierta la actitud de Kantuta por los altos sacerdotes de su reino, éstos la asesinaron. La asesinaron con la venia del padre, pues éste prefirió perder a su hija antes que el honor de la nación. Donde ella derramó su sangre, nació una planta que dió unas flores rojas que desde entonces en Perú y Bolivia se llama "flor de Kantuta", que en Perú es la flor nacional.
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