MI PRIMERA CASA
Una callejuela de piedra
un corredor con trenzas de oro
colgadas en sus barrotes
bien torneados.
Y una higuera
frente a la puerta
un tejado mohoso
de tejas viejas
Y una escalera
de madera.
Un corral con vacunos
gallinas y ovejas a la izquierda.
Un padre con correaje
y fusil a la mesa
regada con arena.
Una esposa que con él conversa.
La guerra que se acerca, viene.
Y seis críos que juegan
en la pradera.
Cinco aviones alemanes
que con sigilo se acercan.
Un bombardeo.
La casa está muerta.
Con la higuera en la puerta.
MI SEGUNDA CASA
La Torre en lo alto del monte
la casa de mis abuelos
con un nogal en la puerta.
Seis críos que viven en ella.
Una madre sola los alimenta.
La guerra se aleja.
Y un padre que no vuelve
se fue con ella.
Una cría que llora
la ausencia
de unos brazos fuertes
que la sostengan
que la abracen y besen
¡con fuerza!
Un colegio lejano
les extiende sus redes
las apresan.
Hábitos negros
pasillos inciertos.
La pena.
Otra casa muerta
con su nogal en la puerta.
MI TERCERA CASA
Ya no tengo casa
ni mis montes
ni vacas, ni gallinas
ni ovejas
ni ríos ni arroyos.
Sólo la mar abierta…
mar y cielo
nos llevan
nos mecen
con cánticos de sirenas
que salen de la Lira
de las Nereidas,
y sus encantamientos.
Aquí no vale esa pena de huérfanos
de guerra, somos mayores.
Nuestra madre,
ya no llora.
Nos trae con ella
¡El fin! No está lejos.
Un gentío nos espera.
Cientos de manos
saludan de afuera,
bajamos la escalera.
Hoy tenemos… ¡casa!
Con una puerta ¡grande!
Que nunca se cierra…
¡La Argentina! Luchemos por ella…
Muy buenos poemas, Sussy, que leí en uno de tus poemarios y en estos el inolvidable querido terruño se enlaza con los nuevos horizontes y esperanzas del presente y el futuro en la patria adoptiva definitiva. ¡Felicitaciones!(Primo).
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